jueves, 11 de mayo de 2017

LA NECESIDAD DE LA CONCIENCIA HISTÓRICA

Oleiva Mayta Callisaya*
El alegato que nos hemos dado como tarea en editarlo, es la intervención que hizo Yawar Copana Mamani, en el Foro Debate: Jóvenes y Proyectos de Poder del Indianismo y Katarismo, que se realizó a finales del año pasado en el auditorio de la carrera de Sociología de la UPEA. La importancia de este expositor, es que causa sentimiento de lucha en las bases sociales, su lenguaje está dirigido hacia las organizaciones sociales y no tanto así al mundo académico, que en nuestra concepción deberá ser entendido, en ese escenario ha sido considerado como la renovación del discurso Tupakatarista de Felipe Quispe Huanca, El Mallku. Su importancia reside, en que muestra como horizonte histórico de estado, el renacimiento de lo que él llama: el II TAWANTINSUYU.
Agradecer a los hermanos de Sociología, por haber organizado tan bonito encuentro, para poder conversar entre las nuevas generaciones de indianistas y de kataristas.
Y ciertamente, quien habla proviene de los antiguos territorios de los aymaras, mas propiamente de Achacachi; justamente allá por los años 2000, éramos pues chicos, es decir pequeños, aproximadamente con nuestros 12 o 13 años, y hemos correteado también en las movilizaciones que hacían nuestros padres, nuestros dirigentes. En esa época hemos visto también, la emergencia y el empoderamiento de un aymara muy valeroso que tenemos presente el día de hoy: que es Felipe Quispe Huanca (démosle un fuerte aplauso mis hermanos).
Saben mis hermanos, al parecer a Achacachi, a Warisata, también a otras territorios como el El Alto; nos han tocado vivir momentos muy difíciles; en realidad hemos visto el comportamiento y actitudes del estado colonial boliviano; y mira que, quizá esto ha motivado también, que el día de hoy nosotros podamos estar aquí presentes, hablando sobre Indianismo, hablando sobre Katarismo, y por ende de nuestro proyecto político; para decir también que pensamos de esta Bolivia y que pensamos también hacer con ella.
Miren mis hermanos, cuando uno se acerca al Indianismo y trata de comprenderlo, dice ¿Qué es el Indianismo?, y de seguro es la pregunta de muchos, ¿Por qué ese Indianismo el día de hoy debemos de seguirlo hablando?, o ¿Por qué uno se convierte en Indianista, si aún no lo es? En este sentido mis hermanos, yo lo había comprendido al Indianismo: como un discurso y un proyecto político de los indios; pero cuando alguien me dice, que el Indianismo ha surgido recién a partir de la segunda mitad del siglo XX, bueno pues, me está presentando al Indianismo como si fuera tan solo de hace 50 o 60 años atrás,  un Indianismo muy joven, un Indianismo más joven que el propio colonialismo.
Pero veamos mis hermanos, yo sé que muchos hermanos y hermanas, cuando tienen esa sed de convertirse al Indianismo, empiezan por revisar a ciertos autores, ciertamente inician por Fausto Reinaga, Ayar Quispe o Felipe Quispe, y se llega pues hasta los mayores, a Virgilio Roel Pineda, Guillermo Bonfil Batalla, Guillermo Carnero Hoke; y recién se empieza a comprender la totalidad de ese Indianismo, un Indianismo superior a ese Katarismo del que habla Fernando Untoja.
Saben mis hermanos, cuando uno comienza a revisar a Carnero Hoke, quien habla de la llegada del II TAWANTINSUYU, no de un Tawantinsuyu de hace 500 años atrás, sino en términos de un horizonte histórico de estado para el tiempo actual, y ciertamente esta afirmación en nosotros se convierte en una posibilidad. Pero como podemos llegar a hacer renacer ese Segundo Tawantinsuyu del que también Pachakuti Acarapi, afirma su retorno al parecer hasta el año 2032, quien sabe, quizá hay que apresurar este recorrido más antes, para el 2025, dando fin a este estado colonial en su bicentenario, así de una vez continuamos nuestra historia como un rejuvenecido Tawantinsuyu.
Entonces miren ¿Cómo se llega a tomar esa decisión?, para ello, como yo concebí al Indianismo en su esencia; y de ahí que yo no quisiera hablar de un Indianismo de cátedra para universitarios, mas al contrario quisiera dialogar mediante un Indianismo de Pueblo, un Indianismo de multitudes de  nuestra gente. En ese sentido mis hermanos, ¿Cómo ahora uno se asume indianista?, para ello Guillermo Carnero Hoke nos va a clarificar, él dice, que todo hombre, todo revolucionario, que toda organización política, que todo movimiento historizante indio, debe pasar revista necesariamente por la construcción de tres conciencias, entonces si pasaste por la revisión de estas tres conciencias: UNO ES INDIANISTA; y por ende hará la revolución y el Segundo Tawantinsuyu quedara más cerca de lo esperado.
Pero ¿Cuáles son estas tres conciencias en las que debemos forjarnos como jóvenes el día de hoy? En primer lugar debemos enorgullecernos de ser jóvenes, puesto que Tupak Katari siendo joven hizo la Guerra Comunitaria de Ayllus de 1781, Fidel Castro fue en su juventud que hizo la revolución cubana, Daniel Ortega o en su caso Omar Cabezas siendo jóvenes inspiraron la revolución en Nicaragua; y porque nosotros sus jóvenes no vamos a poder hacer nuestra revolución en este Qullasuyu, también se puede.
Entonces mis hermanos, ¿Cuál la utilidad de la construcción de estas tres conciencias? He aquí la explicación; lo primero que debemos de comprender o construir, es sin duda “nuestra conciencia histórica”, es decir, si tan solo construimos nuestra propia conciencia histórica como pueblo, nación, raza, cultura, religión, política y economía; vamos a poder entender ¿por qué?, el Estado Plurinacional no es la respuesta a la aspiración de nuestros pueblos indios; solamente la historia nos puede explicar porque debemos seguir imaginando otro estado acorde a nosotros. Entonces cuando uno revisa la conciencia histórica, recorre al pasado, empezando del año 2000 como la culminación de los años 70, que sería el nacimiento de los movimientos políticos indianistas; reflexiona también en torno al nacionalismo revolucionario de 1952 y sus consecuencias posteriores, y más atrás los sucesos de llamada guerra federal o “guerra de razas” de 1899, donde sin dudar ha sido el segundo gran momento de los indios en esta república colonial; de esta forma inclusive se llega a cuestionar el mismísimo 1825 como la modernización de la colonia europea en estas tierras. Pero el verdadero sentido de todo este recorrido es pues llegar a 1532 más propiamente, solo entonces nos descubriremos con una realidad totalmente diferente al presente en que vivimos; donde nuestros padres han sido convertidos en q’ipiris y albañiles; es decir, en obreros, campesinos, fabriles; donde coexisten sistemas educativos de dos clases: uno para ricos y otro para pobres y/o indios. Entonces quien nos va a dar razones de toda esta realidad, es pues la historia; puesto que nos encontramos en 1532 con otro mundo, en donde no somos la servidumbre, mas al contrario somos Estado, el estado del Primer Tawantinsuyu concretamente.
Entonces lo que va ocurrir en esta data es la desestructuración de nuestra sociedad ancestral, porque recién a partir de esta fecha nos convertiremos en lo que somos el dia de hoy; para esto quiero citar las palabras de Felipe Quispe, quien casi siempre afirma, que a partir de 1532 se ha empezado a edificar una pirámide social/racial, esta clasificación no se basó inicialmente en base a las capacidades productivas de los individuos, sino una pirámide social basado en lo racial y étnico, de ahí que en mi intervención me voy a referir más en términos de raza, y espero hermanos que no me consideren de racista.
Entonces quien estructura esta pirámide social y racial es pues el dominante, quien es el vencedor, el conquistador; por lo tanto es el director de este sistema colonial en lo político, económico y cultural; de esta forma llega a ocupar las audiencias y las capitanías, es decir es el nuevo amo y señor en nuestras tierras.
Entonces nuestro primer vínculo es el enfrentamiento en combate, en donde ellos son los vencedores y nosotros fuimos el pueblo vencido; esto dio lugar a la desestructuración de nuestra Sociedad Comunitarista, para después estructurar la Sociedad Colonial que perdura hasta nuestros días. Por lo tanto los europeos se ponen al mando en la escala jerárquica, es decir están a la cabeza de esta nueva empresa colonial; los siguientes en la escala serán los criollos y los mestizos, que en parte son europeos pero con menos derechos que los primeros, por haber nacido en tierra de indios, es decir lejos de Europa; finalmente en esta estratificación social, estaremos nosotros como los dominados, destinados a los peores trabajos forzosos; inclusive me animo a decir, que nosotros no somos lo peor de este aparato excluyente, puesto que los negros, los zambos y mulatos, no caben tan siquiera en este edificio, eran considerados simplemente como mercancías, porque a ellos los rifaban en las plazas, esa es la verdadera naturaleza humana del hombre blanco.
Entonces es desde aquel entonces que esta pirámide social/racial está vigente, lo cual en diferentes momentos vamos a impugnar para su destrucción; si recordamos un primer momento, es en 1781 que con Tupak Katari y Tupak Amaru, se da el primer intento de desestructuración de este modelo opresor, es decir ponerlo cabeza abajo. La experiencia del Perú es un poco diferente, ya que Tupak Amaru hace negociaciones con los criollos y mestizos; a diferencia Katari es más radical, porque plantea que tanto mestizos y criollos, deben ser descabezados junto al europeo; pero antes da la posibilidad de conversar con los mestizos que apoyan nuestra causa, aunque en los hechos es difícil lograr esta cuestión; porque en los hechos se ha demostrado, que casi siempre dentro de nuestros movimientos indios han existido los traidores, así como el día de hoy en evidencia existe la conducta traidora de los Kataristas en la historia nacional; que en cierta medida aman al opresor y quedan enamorados de la sociedad europeizante. Entonces mis hermanos, son estas algunas de las falencias por las que fracaso nuestros movimientos indios.
Ahora pasando a otro episodio, quiero también de construir aquel 1825, saben, cuando yo estuve en la escuela reconocía a un Simón Bolívar y A. J. de Sucre como nuestros libertadores, ahorra que revise la historia y lo comprendo mejor “yo ya no me reconozco como boliviano”, porque ellos habían creado una patria para pocos privilegiados, es decir para la casta dominante; la condición del indio no vario en tanto, puesto que solo se había modernizado las nuevas formas de dominación colonial y de sometimiento; y es así que los indios hasta 1952 seguiremos viviendo en las haciendas bajo el yugo de los patrones, en condiciones semifeudales.
De todo esto, no queremos decir que los indios hemos renunciado al papel de ser abanderados de nuestra lucha, a renacer en nuestro propio estado, no hemos dejado a un lado nuestros propios proyectos políticos, no lo han enterrado bajo tierra como quisieran algunos blancos; nuestros proyectos constitutivos casi siempre han estado vigentes en todas nuestras movilizaciones; ¿acaso eso no sucedió en los levantamientos de Zarate Willka?, pues revisemos la historia, cuando en 1899 el hombre blanco liberal pretendió utilizar a los indios para derrotar a sus oponentes conservadores, no nos creímos este cuento, no somos tan cojudos como ellos piensan, es decir tan ingenuos pues; sino que es en ese momento donde surgen nuestros propios discurso beligerantes, nuestro proyecto político de poder; de ahí que Ramiro Condarco en su libro sobre este hecho, nos dirá, que inclusive ha existido nuestro primer intento de autogobierno indio; acaso no sabemos la historia de Juan Lero, quien ha sido proclamado como el Primer Presidente Indio.
En este examen del pasado, vayámonos a 1952, donde nos han hecho creer que esa revolución era beneficioso para los indios, si bien nos dieron el derecho al voto, no nos dieron el derechos a ser electos, menos a gobernarnos; aunque el poder se había conquistado por obra de los indios obreros, indios fabriles e indios campesinos; pero cuando nos dimos cuenta de lo contrario, en 1952 los indios no quedaron conformes; por eso poco después en 1956 en la localidad de Waychu, los indios han estado creando su propia República Aymara con el Presidente Lawreano Machaca, que sería para nosotros algo así, como nuestro Segundo Presidente Indio en la etapa colonial republicana.
A partir de todo esto, ¿Qué podemos deducir?, que nuestros propios proyectos políticos de poder, han ido a la par de nuestros levantamientos, es que los indios nunca nos hemos bolivianizado, son ellos que nos han definido como bolivianos, como campesinos, así como el día de hoy nos siguen definiendo como pueblos y naciones indígenas.
Entonces mis hermanos y mis hermanas, si bien el indianismo a partir de los años 70 se visibiliza claramente como movimiento político en la escena nacional, es porque, ahí tiene la virtud Fausto Reinaga, el de sistematizar en la Revolución India y el Manifiesto del Partido Indio de Bolivia todas esas luchas del pasado, desde Manco Inka hasta Lawreano Machaca, lo recoge todo este andar de nuestro pueblo y lo confluye en un discurso que se debe convertir en nuestro proyecto político actual de los mal llamados indios.
Entonces viéndolo al Indianismo desde esta perspectiva, ya no es lejano a nosotros, el Indianismo es únicamente la construcción de nuestra historia, y que el día de hoy en justicia reclama continuadamente a poseer su propio estado aymaraqueswa.
Entonces miren mis hermanos, cuando uno recorre todo ese pasado histórico, se apropia de lo mejor de ello, da lugar al nacimiento de una ideología propia, y al hacerlo se convierte automáticamente en INDIANISTA; es a esta etapa que Carnero Hoke lo llama el nacimiento de la conciencia ideológica. Por lo tanto este nuevo indio, que ya repaso su conciencia histórica, ya se dota de una conciencia ideológica bien estructurada que es el INDIANISMO, ¿Cuál el paso siguiente?, el tercer momento, el de encaminarse en la construcción de la conciencia revolucionaria, ¿pero qué quiere decir todo ello?, he ahí la contestación, que ese Indianismo teorizado se vuelva praxis revolucionaria; en mi concepción, un Indianismo que se queda tan solo como discurso y motivo de debate en las universidades nos sirve de poco, necesariamente debemos llevarlo de la teoría a la práctica concreta. Cuánta razón tenía Ayar Quispe al respecto, cuando dice, existen muchos sujetos que se consideran indianistas por tan solo leer la Revolución India de Fausto Reinaga, pero no lo entienden con propiedad, para este Tuapakatarista ser Indianista, era pues hacer la guerra comunitaria de ayllus, y pienso que sí, el poder se conquista en combate abierto contra el sistema colonial imperante, esa estructuración del que hemos hablado largamente no se ha impuesto pacíficamente en estas tierras, la colonia se impone en estas tierras en y con violencia, en esta misma medida, la descolonización no puede ser entendida, si es que no se plantea en el mismo orden, como afirma este excolononizado: Franz Fanón, el inspirador de la revolución negra en Argelia.
Ahora en este dialogo, nos encontramos sentados tanto indianistas como kataristas, siendo nosotros mismos, pero tan diferentes en cuanto a nuestros planteamientos, y surge la preocupación, así como Ayar Quispe se preocupó en su último libro antes de que lo mataran, sobre las nuevas generaciones jóvenes de indianistas y de kataristas, que se adjudican el haber unido a ese Indianismo guerrero con ese Katarismo amarillo como si fuera una unidad, cosa que no sucedía en los años 70, si uno revisa los escritos de los viejos indianistas, nos encontraremos con una disputa constante entre Indianistas y Kataristas, un Fernando Untoja, un Víctor Hugo Cárdenas, son irreconciliables con un Constantino Lima o con un Felipe Quispe, no se pudieron unir nunca; pero ahí el cuestionamiento, ¿Qué hacen el día de hoy las nuevas generaciones de Indianistas y Kataristas?, hacerlos ver como si fueran una unidad ideológica, a esto lo llaman la superación del Indianismo, más aun sobre esta paradoja, Pedro Portugal Mollinedo y Carlos Macusaya Cruz, en el titulo de su último libro lo adjetivan al Indianismo como “EL INDIANISMO KATARISTA”, de esta forma lo hacen ver al Indianismo como si fuera katarista, es decir ocurre una especie de katarizacion del indianismo, son errores ciertamente mal intencionados, que van en desmedro y en contra del Indianismo Tupakatarista.
Además saben mis hermanos, hoy debemos comprender que el Indianismo no es igual a ese Katarismo que sostiene Fernando Untoja, ni tienen aspiraciones políticas iguales; el Katarismo se mueve en las ondas de la misma sociedad colonial, es decir, el katarismo está de acuerdo con que se mantenga esta misma estructura colonial, únicamente quiere generar mejores condiciones de relacionamiento de los aymaras con nuestros opresores; si el día de hoy han surgido aymaras qamiris, ellos creen haberlos convertido y elevado a tal posición, ustedes recordaran, es en este mismo espacio, que Fernando Untoja dijo, los qamiris de la Huyustus son aymaras, y que como aymaras están llegando hasta la China, pero el hecho de que hayan sido ricos no es pues mérito de los Kataristas, ni siquiera estos piensan como Kataristas, menos aún creo que ya como aymaras.
Entonces cabe preguntarnos ¿Es posible que estos qamiris aymaras, se conviertan al katarismo?, no creo sinceramente, pienso que estos hermanos tienen ya otra mentalidad, esa gente surgió en las dinámicas del mundo capitalista y pretenderá seguir viviendo en ella.
En mi percepción lo que es evidente, es que el día de hoy ese Katarismo es parasitario al Indianismo; puesto que maneja nuestros propios postulados, o más aun, existen kataristas que actúan de Indianistas, cosa más falsa de plantearse la lucha; para ello yo quisiera también desvirtuar algunas falencias dentro de nuestro movimiento; por ejemplo, yo entendía que el Indianismo era uno solo, y que tiene un solo objetivo, un solo horizonte histórico de estado, la cual es el restablecimiento del Segundo Tawantinsuyu, pero un II Tawantinsuyu no igual al que yacía hace 500 años atrás, como, me parece que German Choquehuanca lo entiende, así lo comprendí en la 7ma. Conferencia Indio en Tiwanaku, donde vi coronarse a un Inka, pero el día de hoy ya no basta con restablecer a un Inka, se debe restablecer a toda una nación, se debe restablecer todo nuestro estado; el ascenso de un inka el día de hoy ya no es posible, eso sí sería arqueológico para el Indianismo.
Asimismo hermanas y hermanos, quiero desvirtuar en otra cuestión;  si bien al indianismo lo han forzado hacia el Katarismo, quizá lo peor es convertirlo en sus diferentes vertientes, de ahí que surgirán Indianismo de todo tipo, entre warmi indianistas, indianistas pachamamicos, esotéricos, pacifistas, hasta el extremo de convertirlo en “Indianismo de izquierda”, que sería algo así, como un intento de Marxitizar al Indianismo o peor un, tratar de Indianizar el Marxismo europeo, como sostiene Álvaro García Linera; pues estos son totalmente contradictorias y antagónicas; (ciertamente sería mucho hablar, creo que me queda muy poco tiempo, pero así como muchos de los expositores han abusado del tiempo, también quiero hacerlo).
Antes de finalizar, quiero explicar ¿Cómo sería el renacimiento de ese Segundo Tawantinsuyu?, he ahí que se puede generar muchas susceptibilidades, entonces como le explicamos a un joven que vive la actualidad, conoció los gustos de la modernidad y que ahorra le planteamos este horizonte, piensa en cierta medida, que esto significaría un retroceso al pasado, a los tiempos del inkario, a vestirse como antes con poncho, lluch’u y abarca, caminar ya con plumas como Pachakuti Acarapi; viéndolo desde esta óptica, ese Segundo Tawantinsuyu ya no parece tan tentador, ya no resulta tan genial; pero no nos perdamos. Para lo cual, ¿cómo lo habían entendido nuestros viejos exponentes del Indianismo?, ¿en que medida se plantearon esta posibilidad?, para ello, muy claramente nuestro ideólogo, Ayar Quispe nos clarificara, señalando, que el II Tawantinsuyu será a imagen y semejanza del que hicieron nuestros abuelos en el pasado, pero actualizado a nuestro tiempo, para ser más claros, que quiere decir todo esto, he ahí la respuesta a Pablo Velásquez, por ejemplo en la situación entre lo aymara y la modernidad; si bien estamos en un Estado Plurinacional, este se mueve en las olas de la modernidad capitalista nomas, siendo así, ese estado no tiene futuro, se dirige al abismo del que vale más alejarse; entonces en nuestro planteamiento, hacer renacer el Segundo Tawantinsuyu significa rehacerlo a imagen y semejanza de lo que ya existió en el pasado, pero para nuestro tiempo actual, significaría que la modernidad se somete a las necesidades de nuestra reedición como estado, y no así que este Segundo Tawantinsuyu se someta a la modernidad, sino cual sería nuestra dinámica como pueblos y naciones Tawantinas, hacer esto viable el día de hoy, es nuestro gran desafío como intelectuales e ideólogos de ese Indianismo Tawantino.
Sin antes agradecerles en esta reflexión, quiero también hacer notar algunos tropiezos nuestros el día de hoy; en la batalla política cultural, aquel indianismo de los años 70 es muy apreciable y valorable, en aquel entonces el Indianismo era pues Movimiento Indio, si es que revisamos las fotografías, era grueso en cuanto a su militancia como movimiento político, produjo gente  que salió a la luz pública para engendrar los grandes cambios del día de hoy, y el Indianismo de hoy es casi invisible en esta medida, nos hemos quedado reducido en pequeños grupos en las comunidades y ciertos círculos universitarios; y nuestro debate esta reducido al ámbito de las universidades. A estas alturas les propongo que revisemos la obra Sociología de los Movimientos Sociales en Bolivia, en donde García Linera y otros compiladores, tienen mucha preocupación en entender a nuestras organizaciones sociales de esencia y presencia india, su control de estas no solo nos garantizan el ascenso al poder colonial, sino son los medios de transformación revolucionaria; creo que esto también percibió Felipe Quispe huanca, cuando después de los años 70 se convenció que el MITKA como organismo político no podía tener amplitud nacional, después en su intento por la vía armada no pudo tener éxito, por alojar en sus filas a los Marxistas arribistas, la falla intentar cuajar con el Marxismo; de toda esta experiencia recién comprendió que la única organización con la capacidad de inmovilizar el estado colonial,  era pues la CSUTCB, porque su campo político de acción se centra a nivel nacional, a diferencia de las demás organizaciones que no pierden su importancia, es por esta cuestión que a Felipe Quispe lo acusaron de campesinista, de ahí que vamos a afirmar a nuestros detractores, que los levantamientos del año 2000, no fueron campesinistas, sino fue un genuino movimiento de indios, ya que casi todas las organizaciones sociales en este país son nuestras, el obrero es indio, el campesinos es indio, el fabril también, así como quienes rodean como un cinturón humano las ciudades capitales, son también indios en esta Bolivia; entonces no nos podemos estarnos peleando entre Indianistas, cuando deberíamos de recuperar nuestras propias organizaciones que han sido cooptadas por la partidocracia, son con estas organizaciones de mayoría india que vamos a realizar ese cambio drástico en este país. Entonces la primera tarea de todos nosotros es nuestra unidad, los kataristas deben sumarse a nuestras sublevaciones, de lo contrario quedaran relegados en la simple reflexión, vamos a volver reabrir los tiempos de guerra, hasta nuestra reconquista final.
Hermanas y hermanos, esto es en cuanto puedo compartirles, muchísimas gracias…



*Oleiva Mayta, es estudiante de Derecho de la UPEA Achacachi, intenta esbozar el pensamiento de los movimientos indígenas contemporáneos.

1 comentario:

  1. Me quedo con la duda de las dos restantes conciencias... considero q el capitalismo corre por las venas de la mayoria de los aymaras y vivimos en un mundo de supervivenciaa consecuencia del capitalismo he ahí los aymaras camiris como lo manifiesta en el texto. Aun asi me gustaria adentrarme en los textos q menciona, Para argumentar y nutrirme de conocimientos. Suena interesante sus intenciones.

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